lunes, 8 de noviembre de 2010

The innocence project

Como en cualquier  sistema, incluido el democrático, el error juega un papel probable. La justicia no se queda atrás y, cuando se equivoca, su mismo concepto queda reducido a cenizas. El problema se agrava todavía más en países donde la pena de muerte o la cadena perpetua están implantadas: uno puede pagar con su propia vida un delito que nunca cometió. No es el caso de España, donde la cadena perpetua quedó abolida en la Constitución Española de 1978, así como la pena de muerte, que sin embargo siguió vigente en la legislación militar hasta 1995 (desgraciadamente, eso no significa que no se den errores judiciales). Pero sí es el caso de EEUU, el único país democrático del mundo donde ambas penas siguen vigentes en 35 de sus 59 estados, y donde se cometen terribles errores judiciales. Algunos tienen un final feliz gracias a la ayuda y empeño de organizaciones o abogados… pero hay otros casos que pasan a convertirse de penas judiciales en auténticos asesinatos perpetrados por el mismo gobierno que acusó erróneamente al acusado. Todo el mundo se equivoca, sí, es ley de vida. Pero la verdadera ley, esa que conforma la justicia, no debería equivocarse nunca. Ningún error judicial puede realmente subsanarse… la compensación económica en ningún caso devuelve al inocente aquello que le ha sido injustamente robado: su libertad, su felicidad o, en el peor de los casos, su vida.


Los casos de errores judiciales en los Estados Unidos se convierten en espectáculos dantescos que reflejan la otra cara de la realidad, la que se llama cruda. Fueron muchos los imputados en la historia del país los que gritaron su inocencia. Pero nadie les creyó, y sólo un puñado de letrados comprometidos se implicaban individualmente en algunos casos. Hasta que llegó Innocence Project, una ONG creada en 1992 por un grupo de abogados neoyorquinos que se convirtió en todo oídos  y ángel de la guarda de los injustamente imputados. Hasta la fecha, han conseguido la excarcelación de 261 inocentes (17 de ellos en el corredor de la muerte) gracias en buena parte a los análisis de ADN realizados sobre restos biológicos como semen, cabello, sangre o sudor. Las principales causas que provocan los errores judiciales son las identificaciones erróneas de testigos oculares, la sed de justicia de las víctimas, la aceptación de pruebas científicas poco fiables, las confesiones falsas, el fraude forense, la negligencia policial o la falta de profesionalidad o desmotivación de los abogados defensores. Uno de los fundadores de Innocence Project, Barry Scheck, declaraba hace unos años que 1 de cada 8 condenados a muerte demostraban su inocencia en los Estados Unidos. Un dato terrorífico. Más “gore” aún si escuchamos lo que revela la Death Penalty Information Project: desde que la pena de muerte fue reinstaurada en el país en 1976, 124 personas han sido exoneradas, evitando ser ejecutadas. Es escalofriante, más de cien vidas se hubieran “regalado” a la muerte por culpa de un sistema judicial plagado de errores. ¿Y qué pasa con aquellos inocentes que no lo consiguieron? Algo más que triste. Nunca podrán contarlo. 

Gracias a la acción de fundaciones como Innocence Project, existen personas que pueden contar su injusta experiencia. Sus declaraciones hablan por sí solas:

¿Por qué me condenaron? Porque soy joven, negro y tengo talento. Siempre ha sido así. Incluso antes de que usted naciera. En realidad se trata de un genocidio: quieren deshacerse de todos los jóvenes negros para anularnos. Nos meten a todos en la cárcel. Hay muchos tíos encarcelados que son inocentes, pero no tienen la oportunidad de probarlo. Nos cogen, nos meten en jaulas y nos dejan ahí. Vaya a verlo. Toda la cárcel está llena de tíos negros. Siempre será así”.

No solicitaron la pena de muerte para O.J. Simpson. ¿Por qué? Porque él tenía dinero, era una celebridad. Pero yo ni siquiera podía contratar a un abogado. Si uno de oficio no hubiese estado disponible en ese momento ni siquiera habría tenido eso. Nunca verás a gente rica en el corredor de la muerte y muy pocos van a la cárcel. Hay dos tipos de justicia: la del pobre y la del rico”.

Algunos han cumplido más de 25 años de cárcel siendo inocentes. Otros han corrido mejor “suerte” y han ganado su batalla contra la “justicia” en un año. La mayor parte son de raza negra y son pobres. Todos comparten un daño psicológico irreparable, del que sólo se ocupan organizaciones sin ánimo de lucro. El estado sólo se hace cargo de una compensación económica que les permitirá –si es que la reciben– vivir holgadamente el resto de sus días. Pero el dinero no les importa… nadie ni nada puede reparar los años que han tirado forzosamente a la basura, la humillación de ser culpados por atrocidades que no cometieron, la impotencia del día a día entre rejas, la dignidad dañada con la que tendrán que vivir como ex-convictos o la desgracia que ha asolado a sus familias. Si tan sólo alguien se hubiera parado a escucharlos, lo habrían oído… Soy inocente.

¡HAZ ALGO!
Innonece Project (EEUU): apoya casos, dona dinero, trabaja con presos…
The Justice Project: ayuda sin moverte de casa con tu firma.
AIDWYC (Canadá): versión canadiense del Innocence Project.
About Innocent: ayuda en la lucha de presos injustamente condenados.
Truth in justice: libérate de prejuicios, infórmate y actúa.
Exonerated: ayuda a los inocentes ya excarcelados y a sus familias a rehacer su vida.
Centurion Ministries: ayuda a presos inocentes a conseguir su libertad en EEUU y Canadá.
Fore Justice: recoge casos de error judicial en todo el mundo.

CONTRA LA PENA DE MUERTE
Death Penalty Info: infórmate en profundidad sobre la pena de muerte en EEUU y sus víctimas.
Death Penalty: actúa a favor de la abolición de la pena de muerte.
Cyberspace inmantes: mantén correspondencia con personas que esperan ser ejecutadas en corredores de la muerte.

Todas las fotos (excepto la primera) son de Taryn Simon© y están incluidas en su libro "The Innocents", que documenta a personas inocentes que fueron encarceladas.

Carolina Silva es una de las Reporteras Universales de Universo Vivo. Actualmente es periodista de viajes, aunque comenzó su carrera especializándose en medio ambiente. Cree que un mundo mejor es posible. Intenta conseguirlo a través de pequeñas acciones cotidianas, haciendo lo que puede con ilusión y con la esperanza de que “el simple aleteo de una mariposa"...

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