El solsticio de verano es el día de mayor cantidad de luz, y un dato curioso con respecto a esto son las aportaciones que hicieron en China hace mucho mucho tiempo. Observando la naturaleza y queriendo fijar algunas reglas regulares para esos estados cíclicos que habían observado, colocaron un palo de 8 pies (unos 2 metros y medio) en ángulo recto con respecto al suelo, tomando en cuenta las posiciones de la sombra establecieron que el año tenía 365 días (y un poquito más) . Para representar este año hicieron un círculo y lo dividieron en 24 porciones, sobre él fueron dibujando la sombra que se veía reflejada por el palo. Quedan marcados 2 puntos importantes, el punto de máxima luz es el solsticio de verano, el de máxima sombra, el solsticio de invierno, y el recorrido de esta sombra da lugar a esta forma: el Yin Yang, la representación de la energía para los chinos que como vemos no deja de ser una representación de la naturaleza.
Así que hoy nos encontramos en el punto de máximo Yang, al que se asocia el calor, la actividad, la expansión, la plenitud y el fuego, que pronto veremos en las celebraciones de San Juán, la fiesta cristiana para celebrar este solsticio de verano.
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