Estas semanas hemos estado hablando de turismo sostenible, en tanto en que os comentábamos algunas maneras de viajar (se nos han quedado muchas por comentar) alternativas al turisteo convencional de hotel y pulserita; maneras distintas con las que ahorrar dinero, aprovechar mejor el tiempo y aprender de nuestro entorno.
Sin embargo, si queremos ser puros, la práctica de un turismo ecológico implica respeto a la vida, a la diversidad biológica y a los procesos ecológicos esenciales. Es decir, el turista eco no es simplemente el que se va a una casita de turismo rural y durante unos días está rodeado de naturaleza y animales; el ecoturismo se distingue del turismo de naturaleza por su énfasis en la conservación, la educación, la responsabilidad del viajero y la participación activa de la comunidad.
Los alojamientos verdaderamente ECO existen, y se están empezando a diferenciar de los que se las dan de ecológicos sin serlo, gracias a la creación de un certificado que acredita que lo son, pero de verdad. Los que quieran obtenerlo, deberán cumplir con criterios de construcción y servicios benignos para la salud del cliente y la del entorno.
Existen diferentes certificados de calidad ambiental: el EMAS, que ostenta la red de paradores; la ecoetiqueta europea, la marca Biohotel o la más desarrollada en España, el certificado básico de ECEAT promovido por esta red europea de alojamientos rurales sostenibles. En estos momentos, ostentan esta marca varios establecimientos en Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Murcia. Por otra parte, la Fundación Ecoagroturismo y su portal en internet (ecotur.es) están trabajando junto a ECEAT para crear un estándar de calidad ambiental más exigente y con un sistema de auditorías, para comprobar que se cumplen realmente esos criterios a lo largo del tiempo. Es lo que se denomina Certificado ECEAT Premium, que será reconocible para el cliente por su símbolo, una margarita blanca y amarilla sobre un fondo verde.
Para que un alojamiento sea considerado ecológico debe ser saludable por su ubicación, selección de terrenos y materiales empleados. El edificio debe incorporar criterios de construcción bioclimática que reduzcan el consumo de energía, como invernaderos, muros trombe, uso de materiales aislantes como la paja o una orientación adecuada.
Suelen también incorporar energías renovables, como la solar térmica para calentar agua, calderas de biomasa o suelo radiante para calefacción o energía fotovoltaica o eólica para consumo energético propio. De esta forma, podrían llegar a ser autosuficientes, consumiendo la energía que producen sin necesitar de producción externa.
La Fundación Ecoagroturismo considera también que un ecoalojamiento debe respetar la tradición y la cultura local, el paisaje rural y la biodiversidad de su entorno. Además, la mayoría de ellos suelen estar en un entorno y paisaje exuberantes, ofrecen al cliente un trato cercano y familiar, productos ecológicos en su cocina e incluso algunos crían animales autóctonos de la zona.
Les gusta dar a conocer su día a día y ofrecen la posibilidad al viajero de participar en él enseñándole las instalaciones y colaborando si lo desea en alguna actividad.
De momento, el cliente eco suele ser extranjero; la mayoría son holandeses, alemanes, británicos y americanos, más concienciados con esta filosofía ecológica y no tan preocupados por el dinero. El cliente nacional todavía prefiere los alojamientos low cost pero seguro que en un futuro próximo, empezaremos a comprender la necesidad de practicar este tipo de turismo más agradecido con nosotros y con el planeta.
Mónica Álvarez es una de las Reporteras Universales de Universo Vivo. Nació hace unos años en Zaragoza un caluroso verano, así que quizá por eso es una enamorada de la montaña. A través del diario Medioambientalista, del que es directora, y de su trabajo como docente en el campo de las energías renovables, intenta remover las mentes de los que le rodean y concienciar de la necesidad de un cambio para dejar un buen mundo a nuestros hijos. Siempre que puede, se dedica a cuidar su huerto, salir a pasear por el monte con sus perros y a viajar.
Que viva el turismo verde!!
ResponderEliminarPero ya solo eso, a ver si se continuan instalando paneles FV y colectores solares en nuestros desaprovechados tejados y cubiertas...
Muy interesante la recopilación de paginas y de términos...
Un saludo
Realmente la fabricación de Paneles Fotovoltaicos, es ecológica? Cuantas Tn de CO2 se producen en la fabricación del Silicio amorfo?
ResponderEliminarNo creeis que es mejor la geotérmia?
Puede que hace unos años la fabricación de paneles solares fuera muy contaminante y necesitaba muchos años para compensarse, hoy en día en dos años sus emisiones ya están compensadas y aun nos quedan unos 25 años para disfrutar de ellas http://bit.ly/cQ2uul
ResponderEliminarToda actividad humana necesita energía incluida la de andar, solo es cuestión de seleccionar cual es la más adecuada en el espacio y el tiempo, lo que nos puede parecer que esta en el filo de la sospecha, nos daremos cuenta en poco que razonemos que podemos estar en una posición errónea.
ResponderEliminarToda actividad humana necesita energía incluida la de andar, solo es cuestión de seleccionar cual es la más adecuada en el espacio y el tiempo, lo que nos puede parecer que esta en el filo de la sospecha, nos daremos cuenta en poco que razonemos que podemos estar en una posición errónea.
ResponderEliminarEstoy convencido, mas cada dia, que de verdad se merece el esfuerzo de intentar y conseguir cambios en nuestra forma de vida, en nuestro entorno y en nuestra forma de pensar. Si he elegido estudiar y trabajar toda mi vida ahora no me parece tarde seguir como estudiante de arquitectura bioclimatica y energias renovables y tener la ilusion tan despierta en aportar algo a la sostenibilidad y a la ecocultura viva. Un honor tener a Monica Alvarez como docente y contribuir timido a su enorme trabajo de concienciacion de la existencia del un verdadero "Universo Vivo"; mil gracias amigos
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