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martes, 13 de abril de 2010
Ecodiseño: ¿la responsabilidad del cambio está en manos del consumidor o del diseñador?
Por Paloma Cabeza
Cada vez estamos más concienciados en encontrar productos en el mercado que no solo satisfagan nuestras necesidades, sino que además cumplan una serie de requisitos que lo hagan aceptable tanto ética como medioambientalmente. Los nuevos parámetros han originado un consumidor más informado y un nuevo nicho de mercado entorno a lo ecológico. Pero ¿hasta qué punto el consumidor es consciente y la empresa responsable?
En nuestro segundo aperitivo, hemos contado con unos profesionales, que como un micro mundo del diseño ecológico han representado todas las partes de la cadena, desde el empresario, el diseñador, al consumidor. Aquí os dejamos sus conclusiones para que vosotros saquéis las vuestras.
Paloma Rodríguez, creadora de la tienda ecológica on-line,
www.enlamoradaverde.com
Iván Martin, diseñador industrial y creador de la empresa goodfore,
dedicada al fomento del diseño medioambientalmente responsable,
www.goodfore.com
Pierre Bancon, director de Aveda España
www.aveda.es
Marcos Aretio, Diseñador industrial y director de arte de La Despensa,
Comisario de la exposición Ecodiseño: Soluciones para una vida sostenible y
Miembro de Emisión Cero.
http://markmus.com/
Jose Morán, ex director y creador del Festival de Benicassim, y socio fundador de Universo Vivo
www.universovivo.com
Clemente Álvarez, periodista especializado en medio ambiente y ciencia. Colaborador de El País desde 2004
http://blogs.elpais.com/eco-lab/
Iñaki Alonso, arquitecto director de Satt
www.satt.es
En nuestro segundo “Aperitivo Universal” es Jose Morán, socio fundador de Universo Vivo, el encargado de arrancar la tertulia, con unas pequeñas pinceladas nos explica como el modo actual que tenemos de Diseñar, Crear y Consumir, es consecuencia de los criterios impuestos en la revolución industrial “Criterios tales como, - cuanto más rápido – más cantidad – y más económico, mejor…han iluminado - y aun lo siguen haciendo – la forma de Diseñar, Crear o Producir y Consumir… y si a estos criterios añadimos que la base de este sistema es el consumo, tenemos el cóctel perfecto para situarnos en la posición de alarma en la que nos encontramos actualmente”.
Y sigue, “Pretender un crecimiento infinito en un planeta finito, pone en peligro, no ya los recursos de generaciones futuras, sino los nuestros propios”. Por eso apunta que es ya es hora de asumir un cambio de paradigma y comenzar de forma masiva a incluir criterios: - Culturales – de Equidad social – y Sostenibilidad -, creando así, ciclos cerrados “De la cuna a la cuna”, donde la materia prima se utiliza y reutiliza en infinitos ciclos.
¿Cómo hacer al consumidor consciente? Informar para comprar
¿Es antes el huevo o la gallina? ¿El consumidor que exige nuevos productos o el mercado que impone una nueva tendencia?
Clemente Álvarez, periodista y colaborador del El País, apunta que el consumidor es parte de la clave. “Mi experiencia como periodista en internet me dice que a la gente le interesan estos temas, la gente quiere cada vez saber y quiere ir más allá, llegar al fondo de la cuestión”
Para Marcos Aretio, Diseñador industrial y director de arte de La Despensa, todo radica en la consciencia. Ser consciente de lo que está ocurriendo. “O has sido educado de esa manera o necesitas aprenderlo. Una minoría puede ser consciente, pero si el resto no lo es, no puede haber un cambio real”.
Lo mismo opina Pierre Bancon, director de Aveda España, cuando indica que la idea no se le puede vender a cualquiera, sino a gente que la entienda, “El ecodiseño no es una revolución, sino una metamorfosis”
Paloma Rodríguez, creadora de la tienda ecológica online En la morada verde, apunta sobre esta metamorfosis que hemos sido acostumbrados a comprar todo sin preguntarnos de donde viene y como está hecho, pero en algún momento, por ejemplo cuando se tienen hijos te planteas que ciertos hábitos no son buenos, te haces más consciente de tus actos. “Es cierto que ser ecológico es más caro, pero cada pequeño acto es una reflexión. El consumidor consciente tiene que exigir más, e intentar que las empresas cambien procesos. Es una obligación dar ejemplo con nuestros actos, porque la gente ve alternativas que son efectivas”.
En este punto Clemente remarca que no toda la responsabilidad puede acarrearla el consumidor y es optimista con el cambio “Internet es muy bueno para informar, hay todo tipo de webs donde puedes ver que hay detrás de cada producto”.
Este es precisamente uno de los puntos clave para Jóse, una comunicación veraz y menos manipulada que informe al consumidor que es más adecuado consumir y que hábitos ponen en peligro nuestra supervivencia.
Economía, el quid de la cuestión
Para Iñaki Alonso, arquitecto director de Satt, todas las grandes decisiones están tomadas bajo patrones económicos, pero para que la producción sea sostenible aparte de la cuestión económica, hay que tener en cuenta otras tres variables: la social, cultural y medioambiental...la clave para el cambio es que las personas entiendan todas las partes.
“Hay que intentar que todo sea una balanza ecoeficiente, apunta Marcos, que tanto la empresa como la naturaleza se vean beneficiadas”.
Lo mismo piensa Pierre, “donde nos encontramos hoy en día es consecuencia de un progreso que se ha dirigido en una dirección, en la creación de un confort de vida, sin tener ningún tipo de reflexión, eso lo estamos pagando ahora. Para solucionar este consumo irresponsable tenemos que entender que somos parte de una cadena, hay que pensar en la educación, para que la sociedad evolucione y pueda reflexionar sobre ¿que implica mi acto?”.
Empresa responsable
En el ecodiseño muchas empresas han encontrado un filón para buscar nuevos consumidores. Eso es lo que opina Clemente, “muchas empresas lo utilizan como reclamo para seguir vendiendo”.
A lo que Marcos, responde, “sí pero es venderlo mejor. Lo que tiene que pasar es que el ecodiseño sea una realidad y no tenga que valer del prefijo eco”.
Iván Martín, diseñador industrial y creador de la empresa goodfore, cree en este sentido que si ha habido un cambio, en el IED (Instituto Europeo di Design), en el que es profesor, “esto no es una moda, es una metodología de trabajo, cualquier cosa que se diseñe tiene un impacto pero hay que intentar reducirlo, y eso es lo que se enseña a los alumnos”.
Pierre, añade en este sentido que anteriormente a la empresa no le interesaban los datos de sostenibilidad, porque estaban únicamente focalizadas en el beneficio. Ahora ya se empieza a ver un cambio porque para persistir tienen que cambiar y hacer transparente su manera de producir.
“Es posible llegar a conseguir productos ecológicos por un precio razonable, pero para ello hay que tener empeño y ser humilde como empresario, no se puede conseguir ser 100% ecológico pero hay que intentar siempre ir en esa dirección”.
Queremos el contenido y no el continente
O por lo menos en eso es lo que hemos comprobamos en relación a los productos que adquirimos, los embalajes con plásticos, cartones, nos aturden y nos hacen olvidar lo importante: el producto y su finalidad.
José apunta en este sentido, “es necesario eliminar el concepto de residuo de los productos que creamos…en la gran mayoría de los casos el continente dura mucho más que el contenido”
Marcos. “Sí, esto es cierto, el 60% del precio de un producto es envase. Tenemos que volver a los cascos reutilizables de la leche, Coca-Cola como ocurre en Dinamarca”.
A Pierre también le impresiona la cantidad de embalaje que utilizan para realzar el producto, la caja, el plástico que la envuelve, etc… “Nosotros en Aveda damos el producto sin embalar para evitar utilizar más materiales de los necesarios.
Paloma: “Nuestra responsabilidad como consumidores es decir que no queremos todo esto, ser proactivos y decir a determinadas marcas que no estamos de acuerdo con su sistema de envoltura del producto”.
Para Iñaki, hay que contar los procesos, comunicar para que la gente tenga criterio. “¿Por qué tenemos que etiquetar “eco” o “bio”?, porque el significante ya ha perdido el significado, por ejemplo tomates eco para que sepan a tomates”.
Contrasentidos del ecodiseño.
Sin embargo, en ocasiones el ecodiseño puede llegar a detectar muchos contrasentidos, como remarca Clemente, un consumidor muy concienciado puede adquirir un producto que sea “falsamente” ecológico, pues si es por su contenido, pero no por el proceso que le ha llevado hasta la tienda donde tu lo adquieres (como los productos que traen en aviones desde muy lejos).
“Estamos pensando demasiado en que la clave es el consumidor, pero muchas veces está en el proceso industrial. No debe recaer toda la responsabilidad sobre el consumidor, hay que simplificar el producto”.
En este sentido, Iván corrobora que los empresarios tienen mucha responsabilidad, porque de sus decisiones depende el desarrollo posterior de los diseñadores.
Otro de los temas que salen siempre al hablar de productos ecológicos es su precio. Para Iván, el precio de las cosas no es lo que cuesta, “Es irreal, ¿de quién es el problema, a partir de nuestros actos, todos tenemos responsabilidad”.
Para Pierre, en el caso de los productos ecológicos, su precio está justificado. “La gente quiere todo lo mejor, pero barato. Pero el comercio justo, vale lo que vale porque cada individuo que participa en el proceso cobra lo que merece. Otras veces el consumidor no compra un producto porque no es 100% ecológico, “Es más importante que las empresas persigan la idea de llegar a ser ecológico, aunque no lo sea, que desecharla”.
A lo que Iñaki añade, “¿Ser o no ser ecología?, tendemos a hacer productos más ecológicos, pero no son totalmente ecológicos, es un proceso lento, una metamorfosis. Muchas veces se crea más debate respecto a cómo debemos llamar correctamente a ciertas realidades que a las realidades en si, como por ejemplo: ¿Lo nombramos ecodesarrollo o desarrollo sostenible?, cuando esto no es lo importante”.
Para cerrar el debate Jóse nos plantea unas preguntas que nos da mucho que pensar, ¿Por qué no debería el diseño o la creación de cualquier bien u objeto, tener más enfoques que los actuales? ¿Por qué aceptamos como bueno solo algo “sostenible”? ¿Por qué no ir más allá y hablar de algo “beneficioso”?, “Por ejemplo, existen productos que pueden biodegradarse como un jabón cuyo envase se puede convertir en una planta”.
Y tú, ¿conoces algún producto de este tipo?
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