Esto no es desarrollo sostenible: no quiero transgénicos

Del 12 al 17 de abril se celebra la II Semana Estatal de Lucha Contra los Transgénicos.
Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) son creados artificialmente en laboratorios donde se alteran deliberadamente para otorgarle alguna característica específica. Así se obtienen seres vivos que no existirían de forma natural.
Se ha demostrado que las semillas manipuladas genéticamente no reportan los beneficios prometidos por la industria biotecnológica: no reducen el empleo de productos químicos, sus rendimientos son menores, son perjudiciales para el medio ambiente y no contribuyen a paliar la desigualdad en el mundo.
Sin embargo los transgénicos tienen una serie de consecuencias negativas para el medio ambiente y para la salud. La contaminación genética es irreversible al introducirla en el medio e impredecible ya que no han tenido la evaluación necesaria. No deja de ser un experimento a gran escala.
Medio Ambiente:
Contaminación del suelo
Incrementa el uso de pesticidas
Pérdida de Biodiversidad: además de por el mayor uso de químicos, la contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente.
Salud: estos alimentos no han sido estudiados lo suficiente antes de ser lanzados al mercado, lo que implica una serie de riesgos. Se ha constatado mediante estudios que los OGM provocan nuevas alergias, resistencia a antibióticos, disminución de la fertilidad y problemas renales y hepáticos.

Para nuestras compras del día a día contamos con una guía muy útil, la guía roja y verde de alimentos transgénicos, que nos señala los productos que se elaboran con algún ingrediente transgénico o derivado de estos.
Este tipo de cultivo deja el control de la alimentación en manos de unos pocos, hace que se pierda la capacidad de autocultivo y va en detrimento de la agricultura ecológica y sustentable.