Por Pablo Martín Sabore
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Machos el pasado 15 de agosto en las proximidades del Piquiliguardi, Campoo, Cantabria. Carlos Fernández Sáiz |
Todos los años, por estas fechas, llega la berrea. En muchos de los montes de nuestra Península, el auténtico rey es él, el ciervo. Entre las últimas semanas de septiembre y las primeras de octubre, dependiendo de cuanto haya llovido, tiene lugar la berrea, que es el momento en que los machos luchan por reunir su harén de hembras a las que cubrirán el resto del año. Durante toda la temporada y el verano, los machos han estado desarrollando sus cornamentas, las cuales perderán después de la berrea, y alimentándose para estar lo más fuertes posibles durante esta apasionante época, en la cual ni siquiera tendrán tiempo para comer y enfocarán todos sus esfuerzos en la lucha por las hembras. Ahora están en su apogeo y majestuosidad.
Para el que no lo haya vivido, desde aquí lo recomendamos. No es necesario acercarse mucho para descubrir a los venados, más visibles y localizables que nunca debido al estruendo de sus berridos que suenan por toda la montaña. Sobre todo cuando cae la noche y todas las horas de oscuridad y sobre todo al amanecer. La sensación es realmente espectacular. Siempre respetando el medio como siempre instamos desde nuestro Universo Vivo, y a los animales, no hay nada como hacer una ruta nocturna sólo con los sonidos impactantes de la berrea. Subir a la cima o divisoria más prominente y, con las primeras luces del alba, descubrir la silueta del gran macho en el horizonte. Luego desde arriba y en una posición privilegiada se pueden ir descubriendo, con prismáticos o no, los machos por todo el monte reuniendo a las hembras. Ver una pelea, un cruce de astas es difícil, pero se pueden llegar a escuchar los golpes secos en la libertad de la montaña.
Una experiencia preciosa y emocionante, y otra excusa más para acercarse y perderse en la montaña. No hace falta ni subir en todoterreno ni vehículos motorizados como cada vez es más frecuente… La mejor forma de descubrir a los venados, y la más emocionante, es, como siempre, a pie. Disfrutad de cada paso, cada sonido y cada sensación.
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