Estos días apetece especialmente pasear por las calles de Madrid. Y no lo digo por el buen tiempo. O quizá sí que ha regresado el buen tiempo: el buen tiempo que anuncia la vuelta de la juventud gritando futuro. De la juventud, que harta de quedarse sin nada, ahora lo quiere todo.
Me conmueve especialmente toparme en cualquier rincón de la ciudad con pegatinas y carteles de vistoso fondo amarillo y letras en negro, dejando mensajes como “Sin casa, sin curro, sin pensión…sin miedo” En esos momentos me acuerdo de otras pegatinas, exactamente iguales estéticamente, pero con otros mensajes, como el popular “No vas a tener casa en la puta vida” de VdeVivienda, movimiento en el que milité y que sigue activo en Barcelona; y también espiritualmente en Juventud Sin Futuro. Y no sólo por la inconfundible estética. También en lo esencial, en lo que nos mueve. En lo que me movió hace casi cinco años; en lo que me volverá a sacar esta tarde a la calle.
Al entonces, igual que ahora, la juventud salió a la calle para reclamar el derecho al futuro. La Asamblea Contra la Precariedad y por una Vivienda Digna fue el primer nombre de este movimiento en Madrid, que después tomó el nombre de VdeVivienda, denominación que aglutinaba a las asambleas de todo el país. VdeVivienda entonces no contaba con el recurso de las redes sociales, pero supo aprovechar muy bien la existencia de internet, que nos servía como medio de organización y difusión de nuestras actividades. En este aspecto fuimos quizá uno de los primeros movimientos del siglo XXI.
Pero el uso dinámico de las nuevas tecnologías no es lo único que caracteriza a este tipo de movimientos. Precisamente, este calificativo de movimientos es otro de sus rasgos esenciales. No se trata de organizaciones al uso, registradas legalmente y con una estructura reglada típica. En estos movimientos, su único rastro institucional es a menudo la propia web. Más que de organizaciones estables, hablamos de herramientas de movilización colectiva, de movimientos nacidos precisamente para hacernos caminar, y con una sorprendente capacidad de reinventarse a sí mismos continuamente.
El dinamismo define a estos movimientos, así como su horizontalidad. No hay líderes ni cargos, aunque sí haya comisiones de trabajo y funciones diferenciadas para aprovechar la formación y experiencia de cada cual. Pero esas funciones no determinan jerarquías. El protagonismo lo tiene el movimiento, no la persona. El movimiento, que construye camino al andar.
Y ahora Juventud Sin Futuro nos vuelve a dar otra herramienta para caminar en busca de ese futuro que nos pertenece. De ese futuro que nos han arrebatado quienes están al servicio de este irracional sistema económico que ha convertido a las personas en cosas. Y las cosas no tienen derechos. Simplemente se compran y se venden. Ese es el único futuro al que podemos aspirar actualmente. Sabemos que tenemos que caminar y pensamos hacerlo. Aunque somos conscientes de que no será un camino fácil y de que no querrán dejarnos. Y si tienen que utilizar la fuerza, lo harán.
El próximo mes de octubre comenzará el juicio a nueve de las 21 personas que fueron detenidas durante las manifestaciones espontáneas que dieron origen a VdeVivienda. La acusación va a pedir 5 años y 2 meses de cárcel para siete de las personas imputadas, y 6 años para las otras dos. A estos chicos y chicas, convencidos activistas que jamás han tenido comportamientos violentos, se les imputan delitos tan graves como atentado a la autoridad y desórdenes públicos. Todo basado exclusivamente en los testimonios policiales, ya que no hay más pruebas.
Ahora puede volver a suceder lo mismo con los chicos y chicas de Juventud Sin Futuro. Pero entonces, como ahora, la represión no va a conseguir pararnos. Los violentos apóstoles del no futuro han cometido un grave error que van terminar pagando: han sido demasiado claros. Sabemos, porque nos lo han repetido mil veces, que no hay nada que perder. Tanto nos da la cárcel que la calle. El paro que la precariedad. La violencia que el ostracismo. Son sólo distintos tipos de condena cuando no tienes nada que perder. Y cuando no tienes nada que perder, el miedo carece de sentido. Por eso están perdidos; porque la juventud ya no tiene miedo y sabe que tendrá que luchar hoy para ganarse el derecho al mañana.
El futuro es ahora mismo un libro en blanco, sin nada escrito en él. Esta tarde tenemos la ocasión de dejar plasmadas nuestras primeras líneas. Yo tengo muy claro el mensaje que pienso dejar: ahora sí que empieza nuestro futuro.
Daniel Jimenez es uno de los Reporteros Universales de Universo Vivo. Es redactor deNoticias Positivas. Persona muy vinculada con el mundo de los movimientos sociales, fue miembro de VdeVivienda y actualmente colabora en temas de comunicación con la sección de Acción Social del sindicato CGT en Madrid. También es el responsable de comunicación de Ecolo Verdes. Sus textos se pueden leer en los principales medios de comunicación alternativos, como Rebelión, Kaos en
Adelante chicos!!!!!
ResponderEliminarMuy bueno Daniel!!! y si, ya es la hora de luchar otra vez...!!!
ResponderEliminarVi por las noticias que hubieron hondonadas de ostias. Se ve que al desorden no le interesa nada un nuevo orden.
ResponderEliminaral principio estábamos todos ordenados por colectivos y sindicatos minoritarios pero después siempre se lía .... pero porfin mas de 4000 jóvenes salieron a la calle por su futuro
ResponderEliminarEMIUM es mi aporte para mejorar el mundo, espero me ayuden a que llegue a donde debe. gracias abrazos solidarios: explico en el link
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vDzjFJt0NOs
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Luis Pittau desde Argentina