Salimos puntuales de Santander rumbo al Centro Ornitológico del Embalse del Ebro, donde descubrimos los secretos de las aves acuáticas a través de los telescopios y los visores de nuestras cámaras, en una excursión que nos llevó toda la mañana.
Tras un merecido bocata en la orilla del pantano, nos dirigimos a Fontibre, el nacimiento del río Ebro. Media tarde bicheando entre acebos, espinos, tojos y prados.
Al atardecer visitamos la colonia de cigüeñas de Bustamante, donde grandes y pequeños pudieron observar a estas hermosas aves en su hábitat más natural.
En la Posada del Pas pudimos reponer fuerzas y descansar, tras un día agotador al sol.
El domingo amaneció exactamente al revés, nubes, niebla y lloviznas intermitentes nos acompañaron toda la mañana por el hayedo de Castillo Pedroso, donde hubo que ingeniárselas para seguir trabajando bajo la lluvia.
Los bocatas nos los comimos en el parque de Alceda, donde pudimos pajarear un rato entre pinzones, tordos, petirrojos y carboneros.
Finalmente y muy a nuestro pesar, el bus nos tuvo que llevar de vuelta a Santander. No tardaremos mucho en repetir la experiencia, verdad?
Mención especial se merecen los chavales, que se han portado como jabatos. Han caminado como los que más, llenitos de barro pero sin una queja, sin una pega, siempre con una sonrisa en la cara y, con sus lupas en ristre, descubriendo el fantástico mundo de lo diminuto.
Muchas gracias a todas las personas que, de un modo u otro, habéis colaborado para que esto fuese posible, especialmente a todos/as los que habéis participado en éste homenaje (algunos viniendo de bastante lejos). Sois una gente estupenda.
Odile, creo que tu padre estará contento.
Saludos,
Yuribass.
Crónica que llega directamente desde A ras de suelo, ¡muchísimas gracias por todo Yuri!
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