Durante los últimos artículos, hemos estado hablando de un consumo consciente de cosméticos y productos para la higiene, o, al menos, de cómo aproximarse a un consumo más responsable con el medio ambiente y con las personas.
A pesar de que es un tema que os interesa bastante, creo que es el momento de pasar el relevo a otro tipo de consumo consciente, que últimamente me preocupa y con el que también quiero experimentar: el consumo consciente de alimentos.
¿Y qué entendemos por consumo consciente?
Bajo mi punto de vista, consumo consciente abarca todo lo que supone, también, un consumo más responsable con el medio ambiente y con las personas (principalmente, consumo de frutas, verduras, legumbres…).
Siempre se ha dicho, que las frutas y las verduras son los alimentos más sanos, pero debido a los métodos de cultivo intensivos, éstos llegan al plato contaminados con residuos de plaguicidas.
Según un estudio que se realizó en Alemania, el 80% de la fruta y la verdura está sobrecargada de estos residuos. En los pimientos y uvas procedentes de España, por ejemplo, encontraron hasta 16 sustancias químicas diferentes.
La Organización Mundial de la Salud cataloga una serie de plaguicidas como posibles causantes de cáncer y, además, se ha demostrado que muchos dañan el sistema nervioso central, alterando la información genética y actuando en el organismo como si fueran hormonas.
Por ese motivo, es conveniente seguir, de manera habitual, algunas recomendaciones como las siguientes:
- Lo más recomendable es elegir alimentos procedentes de la agricultura ecológica, ya que están libres de plaguicidas. Además, la agricultura ecológica es un sistema agrario que busca conseguir alimentos de calidad, respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad del suelo. Está comprobado que los alimentos provenientes de la agricultura ecológica son más saludables, nos aportan hasta un tercio más de nutrientes que los convencionales y tienen más sabor, frescura y aroma.
-Si se opta por consumir productos convencionales, es importante:
- Consumir preferentemente productos locales y de temporada, ya que al requerir menor manipulación también requieren menos productos conservantes.
- Antes de comer, lavar bien, ya que parte de los plaguicidas se acumulan sobre la piel de los alimentos (aunque, en cualquier caso, siempre quedara una proporción de plaguicidas sistémicos que llegaran hasta la pulpa)
- En las verduras de hojas grandes, conviene eliminar las hojas exteriores, no solo porque acumulan plaguicidas , también recogen los metales pesados transportados por el aire, como el cadmio y el plomo.
- Evitar en la medida de lo posible comprar alimentos transgénicos, ya que son alimentos modificados genéticamente y que no están probados a la larga, por lo que existe riesgo de que pongan en peligro nuestra salud.
Esta información la extraje de varios sitios, aunque debido a un despiste, no incluí las fuentes, pido disculpas por ello ;-)
Os mando un gran beso y, como siempre, espero vuestros comentarios
Hasta la próxima!!!
Marisa López (Marisilla como pide ella misma que la llamen) es una de las Reporteras Universales deUniverso Vivo. Desde pequeña le gustó experimentar: telas, botes de plástico, chapas, latas...¡TODO VALÍA!. Tras realizar un curso de Medio Ambiente comenzó a interesarse por la regla de las tres R (Reducir, Reutilizar y Reciclar), y en la actualidad se plantea la creación de su propia empresa dedicada a la realización de talleres de reciclaje y consumo responsable y a la creación de su marca de productos sostenibles, siempre teniendo la inquietud de buscar una alternativa al tradicional modelo socio-empresarial, preocupado por generar beneficios sin tener en cuenta valores como el bienestar del hombre y su entorno.
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