viernes, 5 de marzo de 2010

Vida natural: parto consciente

“Para cambiar el mundo, antes debemos cambiar la forma de nacer” Michel Odent


Todas las mujeres contamos con la capacidad de “Dar a Luz”, es algo innato, que responde simplemente a la naturaleza. Sin embargo se ha convertido en un acto totalmente medicalizado que nos arrebata esa facultad.

Hay, entre otras muchas, dos hormonas muy importantes que afectan en el proceso del parto:
Oxitocina, la hormona del amor, ayuda a la dilatación y provoca contracciones haciendo descender al bebé. También será fundamental en el vínculo madre e hijo y a la hora de la lactancia.
Endorfinas, en situaciones de dolor esta hormona actúa como analgésico, induciendo placer y euforia, tiene una estructura similar a la morfina. Los altos niveles de endorfinas alteran el estado de consciencia de las madres.

Nuestro cuerpo tiene lo que necesita para parir, el problema es cuando el entorno no es propicio. Si la mujer está a alerta hará que se disparare la adrenalina (aparece en situaciones de miedo o estrés), esto puede darse porque la mujer se sienta observada, haya excesivos ruidos y luces que la incomoden. Al aumentar la adrenalina se inhibe la oxitocina y las endorfinas por lo que se ralentiza el parto y aumenta el dolor. Por ello a la hora de dar a luz la mujer necesita un ambiente agradable, estar tranquila, segura, y muy importante, sin prisas. Entonces ambos, madre e hijo, podrán llevar a cabo este proceso cuando estén preparados.

En los partos medicalizados estamos interfiriendo en este proceso natural. Suele pasar que al llegar al hospital la madre, al verse en un entorno poco acogedor, segrega adrenalina y el proceso se paraliza. Para reanudarlo normalmente se le inyecta oxitocina sintética, esto hace que comience a dilatar pero el cuerpo no tiene tiempo de segregar el resto de hormonas que necesita y el dolor se agudiza, ahí es donde aparece la necesidad de anestesia. La anestesia hace que la madre deje de sentir y la epidural en concreto reduce la movilidad, esto hará más difícil la implicación de la madre y propiciará el uso de forceps y otros instrumentos. Además, al dejar de sentir, se produce una desconexión con el bebe y esto hará más difícil el vínculo entre ellos.

Sobre el vínculo debemos decir también que es imprescindible el contacto del bebé con su madre al nacer, y aún así la mayoría de los hospitales los separan para realizarle exploraciones que no son tan urgentes y que someten al bebe a un gran estrés.

Por suerte, cada vez tenemos más información sobre el parto y todo lo que le rodea, esto hace que poco a poco vayan cambiando las cosas y retrocedamos en esta excesiva medicalización. Tenemos que decidir cómo queremos parir ya que el la forma de nacer de nuestro bebe le afectará toda la vida.

La mujer necesita intimidad, elegir a quien la rodea, un espacio confortable, poder moverse según sus necesidades y dejarse llevar por sus instintos. Cuantas menos intervenciones se den en un parto (siempre que la vida de alguno de ellos no corra peligro) más fácil y gratificante será tanto para la madre como para el bebé que necesita la más dulce de las bienvenidas.

Por Lucía Zuloaga de Universo Vivo

4 comentarios:

  1. El parto natural está muy bien si no surgen problemas sin embargo últimamente se está haciendo apología dle parto con matrona olvidando que el indice de muerte materno-infantil en nuestros países es tan bajo entre otras cosas porque existe una asistencia hospitalaria al parto. Si bien es cierto que en ciertos centros se abusa de las cesáreas o de los partos instrumentales, eso no nos puede llevar a olvidar que el parto comporta riesgos, tanto para la madre como para el niño, que la atención hospitalaria reduce drásticamente.
    En el termino medio está la virtud y no hace falta volver a la edad de piedra sino que se pueden corregir los defectos de los sistemas actuales rediseñandolos para que sean mejores.

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  2. Como digo, el parto natural es recomendable siempre que ni la madre ni el bebé pongan en peligro su vida. El problema es que estamos en una medicalización excesiva, el número de cesareas es altísimo, los partos programados no suelen estar justificados y es que la propia OMS recomienda el parto no medicalizado, con las menores intervenciones posibles.
    El parto con matrona no tiene una mayor índice de muerte materno-infantil, en el norte de Europa, esos países que tenemos como ejemplo de desarrollo, el parto en casa es una opción más para las madres.

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  3. Yo tuve a mi hijo en casa, muy seguro: viene el matrón, te revisa, mira si el niño está bien colocado, si tu tensión es correcta, si el líquido amniótico tiene buen color...Si todo va bien, adelante, a tener la mejor experiencia de tu vida, si no, al hospital...¿Dónde está el peligro?
    Tengo dos hijos, uno nacido en casa, no hay color, mucho mejor en casa!!
    http://palomaenlamorada.blogspot.com/2010/02/efemerides.html

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  4. Muy bueno el artículo, y la foto preciosa ;)

    Actualmente, en la inmensa mayoría de los partos que se realizan en hospitales en España se realizan intervenciones que han sido declaradas por la OMS como prácticas obsoletas...esto es, que está demostrado que tanto la episiotomía, como la inyección de oxitocina sintética, el corte prematuro de cordón o el separar al bebé de la madre nada más nacer, no sólo no son beneficiosas, si no que entorpecen y dañan la salud física y emocional de madre e hij@.

    En casos extremos sí, a veces ayudan éstas prácticas, pero son las menos.

    Afortunadamente se está empezando a cambiar esta visión intervencionista gracias a la difusión de la información y a los ejemplos de países más desarrollados en cuanto a cultura y sociedad que el nuestro, en los que el parto natural está más que integrado y no se considere una rareza.

    Así que gracias por tu contribución a que cada vez seamos más quienes podamos elegir, desde la información, como queremos vivir y sentir nuestros partos. Amparadas, protegidas, cuidadas, y en buena compañía.

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