Cuando tú aportas tus horas éstas son créditos guardados en el banco de tiempo y cuando veas una oportunidad que te interese entre las ofrecidas por los demás puedes gastar esas horas acumuladas. Eso es lo ideal, con bancos de tiempo que están bien organizados, aunque la realidad es que se suelen hacer trueques entres 2 personas, por ejemplo: yo te doy clases de guitarra durante una hora y tú inviertes otra hora en recoger a mis hijos del colegio. Da igual el servicio que ofrezcas, todos tienen el mismo valor. Es verdad que también surgen intercambios menos regulados como arreglar un ordenador a cambio de un masaje, independientemente del tiempo que lleve cada actividad, u ofrecer alojamiento unos días a cambio de servicios en el hogar (pintar, limpiar o arreglar el jardín).
Si buscas en Internet encontrarás bancos de tiempo en tu ciudad, porque los hay por todo el mundo, de los que puedes formar parte, o puedes crear tu propio banco tiempo. Una iniciativa que tiene muy buena pinta es el Banco del Tiempo de San Javier (Murcia), creado por la concejalía de voluntariado sanidad, consumo y mujer y os puede servir como fuente de inspiración.
Los bancos de tiempo nos aportan mucho, y es que aparte de ahorrarnos dinero son una forma de cooperación, de mejorar las relaciones sociales y puede ser una forma de integración de personas mayores, discapacitados o inmigrantes. Por ejemplo con la 3ª edad, podemos ir a que una señora nos enseñe a cocinar, ella estará acompañada y contenta de compartir sus saberes y nosotros aprenderemos una nueva receta. Además nos hace sentirnos valorados al ver que nuestros conocimientos son de ayuda para los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario