En nuestro último Aperitivo Universal estuvo con nosotros a Jose Esquinas, gran experto en biodiversidad agrícola que ha trabajado para la FAO durante más de 30 años. Además tuvimos la suerte de contar como invitados de honor a Biodiversidad Virtual.
Este año 2010 es el Año Internacional de la Biodiversidad algo que parece no haber causado interés en la ciudadanía. Esto pone en duda la utilidad de los años temáticos y la de las organizaciones que los convocan y que no son capaces de llegar al ciudadano.
¿Por qué la biodiversidad no crea un interés general entre los ciudadanos? ¿Cuál es la manera de concienciar sobre la situación de la biodiversidad? ¿Es necesaria la labor de la ONU a día de hoy?
Jose Esquinas comenzó diciendo “si continuamos como hasta ahora no hay futuro, esta situación es insostenible”.
Tenemos un poder como nunca, por ello nuestra generación tiene una gran responsabilidad, porque gracias a las nuevas tecnologías de comunicación podemos llegar muy lejos con nuestra mejor arma, la voz.
Con respecto a la labor de la ONU Jose Esquinas nos explica que su valor reside en ser un foro de gobiernos, un lugar de negociación. Puede que no sea la mejor opción pero no “matemos lo que tenemos, hagamos algo mejor”.
Algunos de los que critican esta organización son el Banco Mundial o el FMI cuya opción es 1$=1voto pero esa no es la solución. Hay que crear un sistema de gobernanza mundial no que sea un gobierno el que maneje el mundo. Unidad, no uniformidad.
En este Año Internacional de la Biodiversidad sí que se están llevando a cabo actividades para celebrarlo pero el 99% de ellas se han dedican a la biodiversidad silvestre, como puede ser a animales en peligro de extinción pero…¿y la diversidad agrícola? Apenas se tiene en cuenta y nos pone en peligro directo.
La magnitud del hambre es impresionante, cada día mueren 35.000 personad por hambre y malnutrición ¡una persona cada 2 segundos!
Al escuchar estas cifras se dice “hay que producir más alimentos” sin embargo un informe de la FAO asegura que hay alimentos suficientes para alimentar a dos planetas, el problema es que los pobres no pueden pagarlos.
Hay que incentivar la producción local en los países pobres no el incremento del mercado internacional ya que cuando suben los precios estos no pueden acceder a los alimentos. Eso es lo que pasó entre 2008 y 2009 cuando se duplicaron e incluso triplicaron los precios de la comida en el mercado internacional. Los países deben tener soberanía alimentaria.
Eliminar el hambre es un problema de voluntad política. Un dato sorprendente que nos dio José Esquinas es que el presupuesto regular de la FAO para 10 años es equivalente a lo que el mundo gasta en armas en un solo día.
Hay que cuidar la biodiversidad porque es donde está la clave de la vida y mientras haya hambre, no habrá paz.
La hambruna irlandesa, de 1845, surgió de la falta de biodiversidad de la patata y la solución vino de la naturaleza (importando otras variedades de patata de África) no de productos químicos. Y este no es un hecho aislado, en los años 70 volvió a ocurrir.
No podemos pensar que como vivimos entre los países ricos podemos estar tranquilos porque dependemos de los países en desarrollo y su biodiversidad. Machado ya decía “es de necios confundir valor con precio”
Y es que parece que aún tenemos que aprender que desarrollo no es crecimiento económico.
A raíz de una pregunta de nuestros invitados surgió el tema de los transgénicos:
Los alimentos transgénicos se forman por el intercambio de genes entre especies sexualmente incompatibles, se está forzando la naturaleza.
Jose Esquinas no habla de evidencias claras de que esto sea perjudicial para las personas, aunque sí del daño al medio ambiente ya que se asume un riesgo porque es algo irreversible. El mayor peligro, sin duda, es en el control socioeconómico que estos generan.
No hay libertad de elección con los transgénicos, existe mucha desinformación al respecto ¿qué podemos hacer frente a esto? Actuar como consumidores, como decía esa campaña “Transformar nuestro carro de la compra en un carro de combate”.
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