Su nueva fecha es 2020, esta vez “es necesario establecer objetivos secundarios ambiciosos, realistas, realizables, y medibles, y la necesidad de reforzar los instrumentos e indicadores de evaluación” dice Elena Espinosa, ministra española de Medio Ambiente. En su opinión la solución está en integrar la biodiversidad en "todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida".
El objetivo no sólo es "detener la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los servicios ecosistémicos", sino también hacer todo lo posible por restaurar esa pérdida e impulsar la prevención a escala mundial. A largo plazo, en 2050, el objetivo es que la biodiversidad sea protegida, valorada y restaurada.
Desde la UE reconocen que “no actuar entraña un coste excesivamente alto” ya que la situación es alarmante: más de un tercio de las especies corren el riesgo de dejar de existir y durante los últimos 50 años un 60% de los servicios ecosistémicos de la Tierra han sido deteriorados.
El planeta no entiende de fechas, cada uno de nosotros debe cuidarlo desde hoy, somos biodiversidad, somos parte de la Tierra y su salud es la nuestra.
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